Comentario
La arqueología fenicia y púnica ha suministrado objetos muy característicos, cuya interpretación es hoy problemática; si su religión tenía algunos aspectos misteriosos, resulta que los romanos hicieron un concienzudo esfuerzo por exterminar cualquier recuerdo que no fuera el de unos pérfidos enemigos derrotados; cuando nos encontramos ante algunas de sus obras, ni los textos clásicos, ni los paralelos arqueológicos nos ayudan a comprender su utilidad o significado.
En Ibiza y en las zonas costeras de mayor influencia cartaginesa, las tumbas contienen a veces huevos de avestruz, decorados con temas vegetales y geométricos pintados en rojo; son objetos de raíz africana, difíciles de transportar y de precio elevado, que si bien se conocen en Oriente desde el III milenio a. C., parecen alcanzar su mayor difusión entre los cartagineses y sus seguidores.
Las necrópolis de Ibiza y Villaricos (Almería), han proporcionado la mayor parte de los ochocientos ejemplares encontrados en España; parece inmediato pensar que el huevo como símbolo del comienzo de la vida es apreciado en las tumbas para representar la esperanza de iniciar una nueva existencia; la necrópolis ibérica de Tutugi (Galera, Granada), próxima a Villaricos, ofrece los huevos de gallina como objetos del ajuar habitual; una tumba de Cádiz, de época romana pero con ricas piezas importadas de Egipto, guardaba también un huevo mediano de ave, como si esta creencia hubiera pervivido en algunos círculos de iniciados a la caída de los cartagineses.
Otro objeto privativo de ambientes cartagineses son unas peculiares hachuelas o navajas votivas de bronce, en forma de placa rectangular con filo cortante en un extremo y en el otro un asidero en forma de cabeza de ave de largo cuello; fuera de Cartago sólo se encuentran en Cerdeña y en Ibiza, en cada caso como productos de estilo local y homogéneo pero muy vinculado a lo que se hacía en la metrópoli. Están decoradas con incisiones poco profundas de temas figurados y motivos vegetales, siempre de un cierto valor escatológico y vivificante, por lo que se han considerado el instrumento destinado a rasurar el cadáver como muestra de purificación ritual.La numismática requiere una mención final. A pesar de su actividad comercial, los fenicios no introdujeron en Occidente el uso de la moneda; las colonias griegas de España manejaban piezas de plata y bronce mucho antes que las cartaginesas. La llegada de Amílcar con propósitos de dominio territorial, y la presencia de las tropas de Asdrúbal y Aníbal, dieron el motivo para que se iniciara en Ibiza, en Cartagena y en Cádiz la fabricación de moneda; son piezas de un arte excelente, porque se basan en lo que los cartagineses habían conocido ya entre las colonias griegas de Sicilia; el rostro barbado de los anversos lleva los atributos de Hércules, aunque bien puede representar a cualquiera de los jefes de la dinastía bárquida en la forma que era acostumbrada entre los monarcas helenísticos.